domingo, 3 de julio de 2011

Vecinas

-La cuenta por favor.


Se me acerca una mesera joven, más joven de lo normal, hasta diría que de mi edad. La miro bien y no puedo evitar sentir envidia.Es preciosa. Se acerca tímida y recoje su cabello negro, pudiendo apreciar mejor su rostro.


-¿Qué fue lo que pidió?


-No me hables así. Tenemos la misma edad.


-No puedo,Usted es la clienta.


-Que no me hables así. Me haces sentir mayor y tengo solo 15.


-Vale.¿Qué pediste?


-Bueno-leo el nombre en su uniforme- Emma, un café.


-Anotado.Cuatro euros.


-Punto final. La lluvia se ha hecho más fuerte. Imposible que pueda salir de aquí.


-Mi turno ya va a terminar, si me esperas unos diez minutos...


-Vale.


Necesito matar el tiempo.Éste se pasa volando cuando te diviertes. ¿En qué puedo pensar?¿El colegio? No, muy aburrido. ¿Mi familia? Lo mismo. ¿Daniel? Si claro, con lo bien que van los corazones rotos , las canciones cortavenas y los días lluviosos juntos.


Que queda, pensaré en él: ojos verdes, cabello castaño, piel pálida, alto; guapo: ni si ni no, inteligencia: más o menos, y personalidad: un 9.
Pero algo hace que eso me importe tan poco. No sé que es. ¿Será amor?Se siente raro. Es diferente a todo lo que alguna vez he sentido. No es que no quiera a mi papá ni que no halla querido a mi mamá pero con él es como si quisiera pasar el resto de mi vida. Es demasiado cursi y sin sentido.Quisiera arrancarme el corazón .Daniel, ¿por qué eres así conmigo?


-Ya terminé.¿Nos vamos?


Salimos del café cubiertas por el paraguas.Caminamos unas dos cuadras y ella me mira de pies a cabeza como si una idea se le hubiera escapado.Es entonces cuando se acuerda y me dice:


-No pregunté tu nombre.


-Soy Mía.Vives por aquí?


-Hmm, se podría decir. Como a unas 11 cuadras al este y tú?


-A unas 13. Calle de Tetuán, verdad?


-Exacto.


Quién sabe. Tal vez es el comienzo de una buena relación.