jueves, 26 de mayo de 2011

Tonta

Daniel, ¿por qué no llegas aún? Espero y espero. ¿Por qué tardas tanto?

Quedamos aquí, en el Café de las Rosas, cuarta calle desde el centro a la derecha. Hace dos horas que voy esperando y mi paciencia se agota. Llueve, veo parejas que se cubren de la lluvia con un solo paraguas. Tenía la esperanza de que si llegabas, podíamos compartir el tuyo y caminar juntos mientras hablamos y nos damos otra oportunidad . Pero son las 8, y es un hecho que no llegarás. 

Tomo un café, los adultos me miran como una chiquilla. Si estuvieras aquí ,ambos tomaríamos un café cargado sin importar de las miradas de los demás. Pero la humillación es mil veces difícil de llevarse sola, y más si se tienen 15 años.

Es tonto hablar de un café, lo sé. Hoy me siento tonta por millones de razones. Tonta, porque confié en tí. Tonta, porque no puedo decirte cuán molesta estoy y me descargo en una servilleta . Tonta, como me llamó la mesera, porque dice que un muchacho que me deje plantada de esta manera no lo vale y sabes, creo que tiene razón, me cansé de esperarte.




1 comentario:

  1. Si definitivamente un hombre así no merece nada, y créeme que cuando se de cuenta ya sera muy tarde.

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